Lic Raúl Fernando - Psicológo

Lic Raúl Fernando - Psicológo Consultorio Psicológico Integral.

03/12/2025
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03/12/2025

El impacto de los psicofármacos en los TCA

La búsqueda de intervenciones eficaces para los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) continúa representando un desafío en salud mental. Aunque las terapias psicológicas son la base del tratamiento, muchos pacientes no logran una recuperación completa solo con ellas. En este escenario, los psicofármacos cobran relevancia como recurso complementario que podría acompañar los procesos más complejos. El debate sobre el papel de los psicofármacos en los TCA ha sido extenso, pero la evidencia empieza a ofrecer respuestas más claras. En la siguiente nota, evaluaremos un metaanálisis reciente que analizó el papel que cumplen tales abordajes en la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

¿Por qué los TCA representan un desafío clínico?
psicofármacos y tca
La categoría de los TCA comprende cuadros complejos que afectan tanto el comportamiento alimentario como la percepción del cuerpo y la regulación emocional. En este caso, nos enfocaremos en tres diagnósticos específicos.

Primeramente, la anorexia nerviosa, que se caracteriza por una restricción persistente de la ingesta calórica, miedo intenso a ganar peso y una imagen corporal distorsionada. Incluso, se considera uno de los cuadros más difíciles de tratar debido a su curso crónico, la resistencia al cambio, graves complicaciones médicas y las elevadas tasas de recaída.

La bulimia nerviosa, en cambio, implica episodios recurrentes de atracones seguidos de conductas compensatorias como el vómito o el uso de laxantes. Finalmente, el trastorno por atracón se manifiesta por ingestas compulsivas, en donde se vive una sensación de pérdida del control sobre lo ingerido pero sin conductas purgativas, generando alto malestar subjetivo. Además, comparten una alta carga emocional y una relación conflictiva con la comida, lo que los convierte en retos terapéuticos complejos que requieren abordajes integrales y sostenidos en el tiempo.

Abordaje de los TCA y debate sobre uso de psicofármacos
En las últimas décadas, el tratamiento de los trastornos alimentarios ha evolucionado de manera significativa. La complejidad biológica, psicológica y social de estos cuadros llevó a explorar intervenciones complementarias. Si bien la psicoterapia y la rehabilitación nutricional son pilares esenciales, los psicofármacos surgen como una herramienta para aliviar síntomas agudos, equilibrar el estado emocional y facilitar el trabajo terapéutico.

Durante años, los fármacos se utilizaron con la esperanza de estabilizar el peso o disminuir la ansiedad alimentaria, pero los resultados fueron dispares. La diversidad de participantes y protocolos en los estudios previos dificultaba comparar los efectos concretos. En este marco, surge la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto los psicofármacos mejoran los factores nucleares de los TCA?

Nuevo estudio: ¿Cómo se construyó la evidencia?
psicofármacos y tca
Buscando dar respuesta a esta interrogante, Fornaro et al. realizan en 2023 una investigación en torno a la evidencia disponible. Analizaron una amplia base de estudios controlados y aleatorizados que evaluaban la eficacia de diversos fármacos en estos tres diagnósticos principales. En suma, se aplicaron modelos estadísticos robustos para integrar los hallazgos.

Se consideraron variables clínicas clave, como el tipo de intervención, los cambios en síntomas conductuales y emocionales, y la evolución del peso corporal. También se contemplaron diferencias entre muestras hospitalarias y ambulatorias, así como la heterogeneidad de dosis, duración del tratamiento y criterios de inclusión. Exploremos ahora sus principales hallazgos.

La anorexia nerviosa: Pequeñas victorias clínicas
El metaanálisis encontró que la olanzapina, un antipsicótico atípico utilizado en cuadros como la esquizofrenia, logra un aumento modesto pero sostenido en el índice de masa corporal. Tal resultado representa un progreso en pacientes con anorexia que necesitan más que las estrategias tradicionales. Además, podría disminuir la ansiedad anticipatoria asociada a la comida y la percepción distorsionada del cuerpo.

En cambio, los antidepresivos como la fluoxetina no generaron aumentos significativos de peso ni mejoras en factores centrales, aunque sí podrían aliviar síntomas afectivos o rasgos obsesivo-compulsivos. Su rol, entonces, se orientaría más al acompañamiento emocional que al cambio físico.

Bulimia y trastorno por atracón: Un panorama más esperanzador
Los hallazgos más consistentes se vieron en los cuadros en donde se manifiesta una pérdida en la habilidad de controlar lo que se ingiere, por ejemplo, en la cantidad o el tipo de alimento. En bulimia nerviosa, la fluoxetina redujo con claridad los episodios de atracón y purga, y mejoró la regulación emocional. Cabe destacar que los efectos se mantienen mientras dure el tratamiento.

Por otro lado, en el trastorno por atracón, la lisdexanfetamina, un medicamento estimulante del sistema nervioso central, fue el fármaco más efectivo. Al actuar sobre el sistema dopaminérgico, implicado en la recompensa y la motivación, mejora el control de impulsos, reduciendo de forma notable el número de atracones semanales. Otros compuestos, como el topiramato, un anticonvulsivante usado comúnmente en la epilepsia, también disminuyeron la frecuencia de tales episodios. Sin embargo, su tolerancia es variable.

Las sombras de la evidencia
psicofármacos y tca, anorexia nerviosa
A pesar de los avances, el metaanálisis presenta limitaciones importantes. Muchos estudios tuvieron muestras pequeñas y duraciones breves, lo que impide conocer los cambios a largo plazo. En cuanto a los criterios de inclusión, fueron dispares, siendo que algunos ensayos incluyeron pacientes hospitalizados y otros ambulatorios.

Por su parte, las dosis, combinaciones terapéuticas y definiciones de éxito variaron de manera significativa. Y, en último lugar, un dato no menor es que hubo escasa representación de adolescentes y varones, poblaciones que podrían responder de forma diferente a los fármacos. .

Más allá de la química
En conjunto, los hallazgos confirman que los psicofármacos en los TCA potencian la eficacia del tratamiento psicológico, sobre todo en cuadros donde la impulsividad y la regulación emocional son factores centrales. Es decir, no solo influyen en el apetito o el peso, sino también en circuitos cerebrales vinculados con la recompensa, la ansiedad y la percepción corporal. En bulimia y atracón, la mejoría podría deberse tanto al equilibrio serotoninérgico como al alivio de la impulsividad. En la anorexia, podría reducir la sobreactivación dopaminérgica asociada al control rígido del cuerpo.

Pero la respuesta no depende solo de la química. A modo de ejemplo, factores como la alianza terapéutica, el acompañamiento clínico y la motivación del paciente también tienen sus repercusiones. Siguiendo esa línea, ¿qué ocurre cuando la biología y la psicoterapia dejan de pensarse por separado y comienzan a dialogar en la recuperación?

Delirio primario y secundario: ¿Alguna diferencia?Un estado mental alterado es una condición compleja que, cuando afecta...
03/12/2025

Delirio primario y secundario: ¿Alguna diferencia?

Un estado mental alterado es una condición compleja que, cuando afecta la percepción de la realidad de una persona, da lugar a creencias falsas e irracionales conocidas como delirios. Entre estos se destacan dos categorías cruciales: los delirios primarios y secundarios. La distinción principal entre ambos radica en su origen. En esta nota exploraremos las diferencias fundamentales entre estos dos tipos de delirios, examinando sus características y enfoques de tratamiento.

Antes que nada, ¿a qué llamamos delirio?
El delirio es un estado mental alterado, caracterizado por la presencia de creencias falsas, perceptuales y cognitivas perturbadas. En este estado, la persona afectada experimenta una desconexión con la realidad, manifestando pensamientos irracionales e inamovibles. Con esto, los delirios pueden abarcar una amplia gama de temáticas, desde la paranoia hasta grandiosas fantasías, y suelen estar acompañados por cambios en la percepción, el comportamiento y la interacción social.

Naturaleza, psicosis
Así pues, en un delirio, la capacidad de discernir lo real de lo imaginario se ve comprometida, lo que lleva a una interpretación distorsionada de la información y eventos que rodean al individuo. Además, estas creencias delirantes pueden generar ansiedad, confusión y, en algunos casos, comportamientos disruptivos.

Ahora, es esencial destacar que los delirios no son simplemente discrepancias con la realidad. Sumado a ellas, constituyen una alteración significativa en la percepción y el juicio, a menudo asociada con trastornos psicóticos o condiciones médicas subyacentes (Ramírez Echeverría et al., 2022).

Neurobiología de un delirio
Caracterizado por una repentina alteración en la atención, conciencia y cognición, se despliega como un síndrome intrincadamente entrelazado en diversos procesos neurobiológicos. Sus raíces residen en condiciones médicas, distintas de los trastornos neurocognitivos preexistentes, y se ven influenciadas por una multitud de factores predisponentes y precipitantes.

De esta forma, desde el deterioro cognitivo preexistente hasta las infecciones, el delirio emerge como consecuencia de su interacción. Así, la neuroinflamación, disfunción vascular cerebral, metabolismo cerebral alterado, desequilibrios de neurotransmisores y conectividad neuronal afectada, por ejemplo, configuran la patogénesis del delirio.

Acerca del diagnóstico
Mientras que en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) sirve como piedra angular para el diagnóstico, la impracticabilidad de su uso en muchos entornos ha impulsado el desarrollo de herramientas alternativas de detección. Con base a lo anterior, la presencia de disturbios en la atención, desarrollo agudo en un corto período de tiempo, y fluctuación en su gravedad a lo largo del día son elementos fundamentales en la evaluación. Y, aunque es evidente la importancia de la atención en la fenomenología del delirio, es esencial reconocer que el nivel de conciencia, sigue siendo un componente crítico en su manifestación (Wilson et al., 2020).

Ahora bien… ¿Cómo se clasifican los delirios?
Delirium, primario
Pueden ser clasificados según la temática y la naturaleza de las creencias irracionales que subyacen en la mente del consultante. De esta manera, la clasificación temática abarca diversas categorías, desde delirios de persecución, donde el sujeto cree que está siendo amenazado, hasta delirios de grandeza, caracterizados por creencias exageradas acerca de la propia importancia.

Además, también existen subtipos que incluyen delirios somáticos. Estos se centran principalmente en preocupaciones sobre la salud física. Por último nombraremos a los delirios religiosos, que involucran creencias intensas relacionadas con lo espiritual.

De acuerdo a su naturaleza: Primarios o secundarios
Se establece una distinción crucial, en base a la naturaleza de los delirios, entre delirios primarios y secundarios. Los delirios primarios son aquellos que se presentan como síntomas intrínsecos de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia. Por otro lado, los secundarios son manifestaciones externas de condiciones médicas subyacentes, como infecciones, trastornos metabólicos o lesiones cerebrales (Mattison, 2020).

Veamos un poco más acerca de los delirios primarios
Constituyen creencias delirantes que no pueden atribuirse a ninguna otra condición médica o psiquiátrica subyacente. Estas creencias fijas e irracionales son el sello distintivo de trastornos psicóticos primarios, siendo la esquizofrenia y el trastorno delirante ejemplos prominentes. Además, los delirios primarios suelen ser persistentes, inflexibles y variar en temáticas, desde paranoia hasta grandiosidad.

Trastornos relacionados: Un ejemplo
La esquizofrenia, un trastorno psicótico complejo, es un escenario común donde los delirios primarios se manifiestan de manera prominente. En este contexto, las personas pueden experimentar delirios de persecución, pensamientos delirantes desorganizados o delirios de grandeza. Delirios que, a menudo, influyen de manera significativa en las interacciones sociales y la capacidad de llevar a cabo actividades diarias (Ali y Cascella, 2022).

Delirios secundarios
Los delirios secundarios, por su parte, constituyen una faceta intrigante de los trastornos psicóticos, manifestándose como creencias irracionales influenciadas por condiciones médicas subyacentes. Así, surgen como expresiones externas de problemas médicos, tales como infecciones, trastornos metabólicos o lesiones cerebrales. Al igual que la anterior, esta categoría abarca un espectro amplio de temáticas delirantes, desde preocupaciones sobre la salud física hasta manifestaciones relacionadas con el entorno espiritual.

Condiciones subyacentes
Delirios, secundario
Las condiciones médicas y psiquiátricas que pueden desencadenar delirios secundarios son diversas. Desde trastornos neurológicos hasta trastornos del estado de ánimo, pasando por trastornos por consumo de sustancias, la gama de condiciones subyacentes es extensa. Por lo que es esencial identificar y tratar la causa principal para abordar efectivamente los delirios secundarios (Al Huraizi et al., 2023).

Los distintos abordajes: ¿Cómo podemos tratarlos?
Notablemente, las intervenciones farmacológicas han quedado cortas, poniendo en evidencia las brechas de nuestra comprensión. Tal es así, que las mejores prácticas actuales enfatizan intervenciones multidominio, abordando condiciones precipitantes, realizando revisiones de medicamentos, manejando la angustia, mitigando complicaciones y prestando atención a los factores ambientales.

Ahora, a pesar de los avances, la implementación efectiva de estrategias para la detección, tratamiento y prevención del delirio sigue siendo un desafío significativo para las organizaciones de atención médica a nivel mundial. Con lo que, a medida que la investigación continúa desentrañando la intrincada red de procesos neurobiológicos que contribuyen al delirio, perfeccionar enfoques de gestión y mejorar la capacidad de respuesta de los sistemas de atención médica será crucial para enriquecer los resultados de los pacientes a escala global (Bellelli et al., 2021).

Conclusión
En síntesis, los delirios se dividen en dos categorías clave, los primarios, ligados a trastornos psicóticos, y los secundarios, relacionados más con condiciones médicas. Abordarlos demanda enfoques interdisciplinarios y, aunque los tratamientos farmacológicos tienen limitaciones, la investigación continúa.

Eso sí, la identificación temprana, considerando factores precipitantes y ambientales, son esenciales para mejorar los resultados de los pacientes a nivel global. En última instancia, la comprensión detallada de estas categorías guía hacia la implementación de cuidados más precisos en el complejo ámbito de los delirios. En último lugar, si te interesa aprender más acerca de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de las psicosis, te invitamos a nuestro curso sobre psicosis y herramientas clinicas para su abordaje.

Combatir el insomnio: 10 soluciones para dormir mejorAlgunos consejos para mantener a raya las noches en vela.Combatir e...
03/12/2025

Combatir el insomnio: 10 soluciones para dormir mejor

Algunos consejos para mantener a raya las noches en vela.

Combatir el insomnio no es ninguna quimera. Si sufres de problemas para dormir, es muy posible que este sea una fuente de problemas que te está robando tiempo (el que tardas en dormirte) y salud.

Teniendo en cuenta el valor de estos dos elementos, merece la pena preguntarse qué se puede hacer para remediar esta situación.

¿Cómo luchar contra el insomnio y empezar a dormir bien?
Como sabemos que los problemas para dormir son bastante generalizados, hoy hemos decidido abordar este problema. Aquí tienes algunos consejos que pueden serte de utilidad.

1. Come bien
De nada sirve llegar a la cama arrastrando un cansancio producido por una falta de ingesta de calorías. Una de las soluciones para el insomnio puede estar en la comida: es importante alimentarse bien, ya que una falta de calorías por debajo de los mínimos hacen aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Además, merece la pena eliminar o moderar mucho el consumo de café u otras bebidas excitantes y hacer lo mismo con los alimentos llenos de edulcorantes artificiales. En cambio, sí es recomendable consumir alimentos ricos en el aminoácido triptófano tales como los lácteos, los huevos o los cereales integrales, ya que ello ayuda a producir serotonina, un potente relajante. Por ejemplo, puedes tomarte un yogur natural una hora antes de irte a dormir. Los alimentos con un índice moderadamente alto de carbohidratos también pueden ir bien.

2. Haz algo de ejercicio moderado
No es fácil librarse de la regla de hacer ejercicio: este punto aparece en prácticamente todos los listados para llevar una vida sana. Sin embargo, este tipo de recomendaciones tienen su razón de ser: se ha comprobado cómo actividad aeróbica mejora la calidad y cantidad del sueño.

Por eso es una buena idea salir a correr durante una hora a la semana. Eso sí, procura hacer esto en un momento cercano al mediodía y nunca después de comer, para que no se te junte con la digestión o con un momento en el que vayas a tardar poco en irte a dormir.

3. Para combatir el insomnio, aléjate de las pantallas y de la luz intensa
Todas las personas seguimos unos ritmos de activación llamados ritmos circadianos. Estos ritmos se ven afectados por la recepción de luz y, por eso, exponerte a fuentes de luz en horas a las que se supone que tendrías que estar durmiendo (o preparándote para dormir) crea problemas de sueño: el cuerpo cree que es de día y nos quedan muchas horas de actividad por delante.

Dado que el uso de aparatos electrónicos se ha masificado, muy probablemente te hayas habituado a usar ordenadores, televisores o teléfonos minutos antes de irte a la cama. Mala idea: la luz proyectada de forma tan directa sobre nuestro cuerpo crea problemas de sueño al afectar a los niveles de melatonina, la hormona usada para regular nuestro ritmo circadiano. Curiosamente, la frecuencia de la luz azul es la que más nos afecta en este sentido. Lo mejor que puedes hacer es intenta usar luz tenue durante las últimas horas del día e intentar mantenerte lejos de las pantallas.

4. Haz yoga
Existen algunos estudios en los que se insinúa la utilidad del yoga a la hora de combatir los problemas para dormir, incluso en casos de insomnio crónico, así que puede ser una buena idea seguir una serie de ejercicios de relajación para ayudar a combatir los niveles de estrés.

Puedes considerar esto como una inversión de unos pocos minutos al día que hará que te sientas mejor y además te ayudará a ahorrarte el rato que tardas en dormirte. Intenta hacer estos ejercicios en los últimos momentos del día para relajar los músculos y ajustar tus niveles hormonales a la calma que vendrá justo después.

5. Al tanto con la temperatura
Asegúrate de que la habitación en la que vayas a dormir esté a la temperatura adecuada. Los temblores y las posturas recogidas que propicia el frío hacen que los músculos se mantengan tensos, y esto dificulta el sueño. Al tanto con no pasar frío en los pies: si es necesario, usa calcetines para combatir el insomnio a raya (aunque esto no suene demasiado épico).

6. No te preocupes demasiado intentando dormirte
Una vez haya llegado el momento de dormir, olvídate de seguir instrucciones. El viejo truco de contar ovejas saltando una valla no parece ser muy eficaz para lidiar con el insomnio, así que no te compliques la vida con él. A la vez, concentrarse en no tener pensamientos estresantes es muy difícil, ya que nos hace tener la mente ocupada y eso, en un contexto en el que intentamos relajarnos, puede hacer que el estrés se mantenga. Cuando estés en la cama, no hace falta que preocupes concentres en el objetivo de llegar al sueño, si ves que eso no te ayuda.

7. ... o sí, preocúpate un poco
Si eres una de esas personas que han de estar pensando en algo todo el rato, otra posibilidad probar cansando tu cerebro para convencerlo de que lo mejor que puede hacer es irse a dormir. Por lo menos, esta es la conclusión a la que llegó un estudio en el que personas con insomnio se dormían antes si realizaban operaciones mentales estresantes tratando de dormir.

8. Duerme sin interrupciones
Dormir ocho horas, pero ocho horas seguidas. El sueño sigue unos ciclos que se suceden muy lentamente, y este proceso, que es el que ayuda a nuestro cuerpo a recuperarse y a crecer, se interrumpe cada vez que nos despertamos. No vale dormir poco por las noches y hacer siestas muy largas.

9. Aprende a diferenciar entre lo que te funciona y lo que no
No te creas demasiado ninguno de los puntos anteriores. Cada persona es un mundo, y hay algunos consejos para combatir el insomnio que pueden serte más útiles que otros. Dado que vas a estar practicando cada día, intenta fijarte en lo que te ayuda y en lo que no te ayuda, experimenta, y aprende cuál es la lógica por la que se guía tu falta de sueño.

10. Infórmate sobre el tipo de insomnio que tienes
Estos consejos son genéricos, pero la manera de combatir el insomnio es diferente dependiendo de si este es crónico o no lo es. Además, existen muchos trastornos asociados al sueño que podrías estar confundiendo. Si ha llegado un punto en el que estos episodios se repiten mucho, merece la pena que busques atención personalizada en un profesional.

7 señales psicológicas que indican que no estás durmiendo lo suficienteRepasamos algunos efectos perniciosos para tu sal...
03/12/2025

7 señales psicológicas que indican que no estás durmiendo lo suficiente

Repasamos algunos efectos perniciosos para tu salud de no dormir bien.

Desgraciadamente, los trastornos psicológicos asociados a un descanso inadecuado son muy comunes.

Y no resulta extraño, puesto que vivimos en una sociedad muy distinta a la de décadas atrás, donde todo va muy rápido y la tecnología ha irrumpido en nuestros hogares.

¿No estás durmiendo suficiente?
Los malos hábitos, las prisas, los horarios infernales y otras variables pueden hacer que descansemos muchas menos horas de las que serían necesarias para nuestro organismo.

Dormir pocas horas daña nuestra salud psicológica
Por esta razón, es muy importante saber detectar algunas señales de alerta en nuestra conducta o en nuestra vida diaria que nos hagan reflexionar sobre si es necesario que dediquemos algún tiempo más a descansar correctamente. En este artículo os proponemos siete de éstas señales que pueden advertirte de que debes dedicarle más tiempo al sueño.

1. Te cuesta tomar decisiones
Una de las señales más inequívocas de un mal descanso es la dificultad para tomar decisiones, puesto que afecta directamente a la capacidad para ser efectivos en nuestros puestos de trabajo o en el estudio. Si has notado que te es más complicado pensar con claridad o tomar decisiones, es posible que tu descanso no esté siendo del todo completo. Dedicar más tiempo al trabajo durante las noches no suele ser muy recomendable, puesto que al final nuestra capacidad cognitiva y de concentración se resienten.

Como es bien sabido, descansar las horas debidas es muy importante a la hora de consolidar el aprendizaje y cuidar nuestras habilidades cognitivas, y la falta de horas de sueño obstaculiza este proceso. Nos deja en un estado en que somos menos productivos.

2. La memoria te falla
Hay personas que son extraordinarias a la hora de almacenar recuerdos y aprendizajes, mientras que otras son muy olvidadizas. La memoria de cada uno es algo muy personal. No obstante, si comenzamos a sentir que nos cuesta rescatar recuerdos o aprendizajes, es posible que algo no vaya del todo bien. Quizá debamos dormir más horas.

De acuerdo con lo que hemos explicado en el punto anterior, y aunque aún falta mucha literatura sobre la fase REM del sueño, múltiples investigaciones sostienen que durante este ciclo del sueño nuestro cerebro procesa la información captada durante el día y ayuda a consolidarla y almacenarla debidamente, esto es, constituye los paquetes de información a los que llamamos recuerdos.

En consecuencia, si no descansamos adecuadamente o no experimentamos una fase REM en óptimas condiciones, esta consolidación de recuerdos puede verse afectada, nuestro cerebro será incapaz de reorganizar la información y al día siguiente tendremos la sensación de que no nos acordamos bien de lo que vivimos al día anterior.

Si este descanso insuficiente se mantuviera en el tiempo, el deterioro de la capacidad para recuperar información (recuerdos) se iría acentuando.

3. Te sientes irritable y deprimido
Se ha reportado una asociación entre la privación del sueño y la posibilidad de sufrir depresión. De hecho, es bastante común notar que cuando no hemos descansado las suficientes horas somos más propensos a ser más irritables, a tener peor humor, etcétera.

De hecho, una investigación realizada en la Universidad de Pennsylvania demostró que limitar las horas de descanso a 4’5 horas diarias durante un período de una semana causó estrés, irritabilidad, tristeza y agotamiento psíquico en los participantes. Estos problemas, sin embargo, son fácilmente remediables si reanudamos las pautas habituales de sueño.

4. Inapetencia sexual
Es cierto: la falta de deseo sexual también está vinculada a la falta de descanso. Si estás notando que empiezas a padecer algún tipo de alteración de la conducta sexual o una simple falta de apetito sexual, sería recomendable que te platearas si estás descansando adecuadamente. Dormir mal afecta a muchos ámbitos de tu vida. Varios estudios muestran que los hombres y mujeres privados de sueño tienen a ver mermado su deseo sexual, porque se sienten agotados y somnolientos, y su tensión arterial se incrementa.

Además, los hombres que sufren apnea del sueño (una alteración respiratoria que ocurre durante la noche) también reportan unos niveles de testosterona por debajo del promedio.

5. Incremento del apetito (comer más)
Otro de los beneficios que entran en juego cuando descansamos correctamente es la capacidad para prevenir la diabetes, ya que optimiza nuestra respuesta a la insulina y nos aleja de sufrir trastornos del metabolismo. Comer bien también nos ayuda a poder dormir mejor. Es un círculo que se complementa y que debemos cuidar.

Entonces, si notas que tu apetito se incrementa de forma inexplicable y no entiendes cuál es la causa, uno de los posibles motivos es que no estés llevando un ritmo de sueño saludable. Podrás deducir esta relación por pura lógica: mientras nos mantenemos más horas despiertos, estamos más activos físicamente y por ende comemos más. Las personas que padecen insomnio tienden a comer más alimentos de los debidos por la ansiedad asociada, y esto puede acarrear un aumento de la masa corporal.

6. No puedes gestionar adecuadamente el estrés
De acuerdo con los puntos expuestos anteriormente, si habitualmente nos sentimos estresados por la falta de sueño, reducir nuestro tiempo de descanso puede agravar la situación. Además, la misma reducción del descanso tiende a alimentar el estrés, por tanto es preciso cortar esta espiral empezando por descansar más horas.

Si dejamos que esta situación persista, la bola de nieve se va haciendo más grande: sufrimos más estrés porque dormimos pocas horas y, al mismo tiempo, dormimos pocas horas por culpa del estrés.

7. Dificultades en la visión
Por último, nos encontramos con los problemas en nuestro sentido más preciado: la visión. Es lógico que la falta de sueño acabe afectando a este sentido, puesto que si nuestros ojos están fatigados no pueden limpiarse y refrescarse convenientemente, la calidad de la visión se ve comprometida.

Es algo parecido a cuando pasamos horas y horas delante de una pantalla de PC, Smartphone o similar. Los efectos de esto se hacen patentes en la dificultad para concentrarse y un efecto neblina en el campo visual. Es lo que se suele denominar vista cansada.

Querida mamá soltera: eres mucho más que una mujer sin maridoEres un ejemplo de amor y valentía.El día de hoy nos cayó e...
03/12/2025

Querida mamá soltera: eres mucho más que una mujer sin marido

Eres un ejemplo de amor y valentía.

El día de hoy nos cayó el 20 sobre lo injusto que es juntar una palabra como “mamá” con la palabra “soltera”, que si bien tiene muchos puntos positivos, uniendo ambas dan, de inmediato, una referencia que la sociedad ha construido sobre generalidades muy debatibles. Si decimos “mamá soltera” piensas en una mamá sin pareja, que se enfrenta sola al mundo para sacar adelante a sus hijos. Y aunque en teoría no tiene una connotación negativa, el término "mamá soltera" te hace pensar en una mujer a la que le falta algo.

Esto tiene que cambiar.

Primero, cuando se es mamá nunca estás sola. Tendrás llantos en las noches, llamadas de auxilio en las duchas y muchos momentos en los cuales crear los mejores instantes para dejar buenos recuerdos y ayudar a que tus hijos sean personas de bien, eso sólo se logra con buenos ejemplos, tiempo de calidad y amor.

Aunque ya se están logrando significativos cambios para invertirlo, durante mucho tiempo ser mamá soltera fue sinónimo de: ser una mala mujer, como si hubieras querido hacer una familia para desintegrarla después. Se te juzgó por no saber hacer las labores domésticas que te correspondían o por no saber atender a tu marido, ¡cómo si al unirte con alguien tuvieras que desaparecer tu vida para sólo enfocarte en las necesidades de pareja! ¡Cómo si sólo por ser mujer te correspondiera siempre atender la mesa!

Afortunadamente, esos prejuicios se están cayendo, y a pesar de que debemos seguir luchando para que así sea, decir “soy mamá soltera” también es decir, “me estoy aventando el paquete yo sola, porque amo a mi familia y porque puedo”, algo que, sin duda, causa admiración.

Trabajar, cocinar, limpiar, lavar y barrer junto a hacer tareas, cuidar, educar, consentir y pagar gastos, son algunos de los verbos más recurrentes en tu mente, sin embargo, pones toda tu paciencia cuando, aunque mueres de sueño, tu hijo te pide que le cuentes un cuento. Mamá soltera, eres mucho más que una mujer sin marido, eres mucho más que una mujer con una mala experiencia amorosa, eres mucho más que una mujer con hijos, eres una mujer entregada, eres una mujer lo bastante independiente para estar con tus hijos que dependen de ti y a quienes amas con todo todo tu espíritu.

Tu corazón se detiene cada que tienes que despedirte de ellos para irte a trabajar, pero también se detiene cuando tienes que pagar los gastos, así que haces todo lo que está en tus manos para lograr un balance, aunque eso signifique esforzarte el doble.

No se trata de juzgar tu pasado o tus decisiones, se trata de reconocer tu esfuerzo, de valorar tus sacrificios y de aplaudir tu gran corazón.

Gracias por tu entrega y por no renunciar a tu familia cuando, seguramente estabas en un mal momento. ¡Gracias por ser fuerte, gracias por tu esfuerzo, gracias por ser tú!

Si eres mamá soltera siéntete orgullosa de tus ojeras, de tus sonrisas, y de tu entrega. Tus hijos están creciendo con un ejemplo de amor que con el paso de los años, sabrán agradecer.

Eres mucho más que una mujer sin marido… ¿Qué tal si, de ahora en adelante, en lugar de decir mamá soltera, decimos mamá independiente? ¿O simplemente mamá?

¿Porque las mamás casadas son mamás completas? Las mamás no casadas también son mamás completas. ¿Por qué nos segregamos nosotras mismas?

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