Fundación Internacional Para El Reencuentro FIPER

10/30/2025

SU MADRE LO DEJÓ EN EL ATRIO DE UNA IGLESIA HACE 52 AÑOS...

En una caja de cartón y envuelto en un trozo de cobija raída, Constanza S., dejó abandonado a su hijo en una iglesia del sur de Bogotá con una pequeña nota escrita en un pedazo de papel abano que usan los tenderos para empacar arroz en libras.
Hace 3 años conocí la historia de Cesar Augusto S., quien fue recogido por el párroco Miguel Torres de la Iglesia del barrio Fatima en 1973 y criado por una familia de ese barrio, de la cual escapó a los 9 años de edad, llevando consigo únicamente la nota que el sacerdote guardó y encintó dentro de una bolsa plástica para que no se dañara.
Con la nota hicimos un trabajo forence para cotejación dactiloscópica y logramos identificar tres mujeres que tocaron la nota: una monja ya fallecida, una señora que descubrió la caja, la destapó y le informó al cura y la mujer que escribió la nota, posiblemente Constanza S.
Dos agónicos años buscando a la mujer, de quien acabo de encontrar un rastro en el frenocomio de Sibaté, donde me dicen que se trata de la llamada "loquita mueca" una mujer muy cariñosa, que escapó hace 10 años de ese centro asistencial en Sibaté y la misma a la que han visto en la carretera de Puerto Berrio-Barrancabermeja donde a sus casi 80 años, sin dientes, descalza y a medio vestir, camina arrullando un viejo muñeco envuelto en un pedazo de cobija raída.
Mi misión, ir a Colombia en unas semanas a patrullar esa carretera para encontrar a Constanza S., y por supuesto, me acompañará su hijo Cesar Augusto...

05/01/2025

HOY ESTOY FELIZ!!!
HACE 25 AÑOS ME PIDIÓ BUSCARLE UN HIJO ...

Comenzaba yo mi labor de ayudar en la búsqueda de Padres, Madres, Hermanos e Hijos desaparecidos cuando llegó a mi oficina una mujer que me narró en medio de la tranquilidad más pasmosa, cómo le fue arrancado de su lado un hijo de 15 días de nacido.
La desgarradora historia me marcó en lo más profundo de mi ser y me propuse ayudar a la inocente Anita, la misma que me repetía calladamente: "Doptorcito cuando Usted pueda, no hay afán. Yo ya no lloro, se me acabaron las lagrimas..."
La tarea de búsqueda fue verdaderamente titánica y tan larga que no vale la pena atormentar a los lectores con todo lo que hice por más de 10 años hasta que finalmente encontré al hijo amado de Anita.
Feliz por el hallazgo, quise contarle a Anita pero no la encontré. Entonces mi reto, ahora era doble. Primero buscar al hijo al que encontré en un punto recóndito de Europa y ahora, buscar a la madre, perdida en algún lugar de los Llanos Orientales de Colombia.
Cada mes que buscaba a Anita recibí una llamada de su hijo, quien lentamente se fue convirtiendo en una especie de juez, policía y fiscalizador que poco a poco fue entendiendo que la tarea de búsqueda no era para nada sencilla.
Diez años tardé buscando al hijo de Anita y quince años buscando a Anita a quien pude encontrar gracias a una médica rural que leyó uno de los miles de mensajes que envié a muchos puntos del Meta y finamente me dijo que conocía una viejita con el mismo nombre, pero que vivía en una finca en el Guaviare.
Después de dos o tres llamadas, finalmente tuve al otro lado de la línea telefónica a Anita, quien como siempre con su asombrosa tranquilidad de dijo: "No llore doctorcito. Lo importante es que me encontró viva, no hay afán. Yo ya no lloro, se me acabaron las lagrimas..."
Mi siguiente paso era lograr las muestras de la saliva de Anita para el análisis comparativo de ADN con Santiago el hijo que 15 años atrás yo había encontrado y que aguardaba con paciencia.
A la primera oportunidad que tuve, volé a San José del Guaviare y me reuní con Anita y tal como quedó registrado en la fotografía publicada abajo, logré llevar a los Estados Unidos las muestras para enviarlas al hijo que él hiciera la cotejación en el laboratorio de su preferencia y confianza.
Acabo de recibir la noticia por parte De Santiago, quien alista maletas para viajar pronto a Colombia, donde lo llevaré albarazo con Anita, su madre biológica.
Hoy en medio de esta muy buena noticia, revisando papeles, comienzo una nueva aventura:
Encontrar a la madre de aquella niña que fue dejada en una droguería en el barrio Motilones de Cúcuta, por alguien que la llevó hasta allí haciéndose pasar por la madre. Hoy su hija piloto oficial de la Marina Norteamericana lucha en el Medio Oriente, con la esperanza de poder abrazar a toda su descendencia materna...
Alejandro Muñoz Garzón

04/30/2025

DIOS TIENE LA ÚLTIMA PALABRA.
Esta historia de Reencuentro la publiqué antes de la pandemia, era un verdadero cuento de hadas que encontré tras difíciles etapas de investigación.
Hoy ruego a Dios por la recuperación de Juan Carlos, a quien la felicidad sorprende y enfrenta a un nuevo reto: Recuperarse de una muy penosa enfermedad.
Para quienes se quieran sumar a mi tristeza, los dejo con la historia de JuanCarlos y SandraMilena...

ÚNICO Y ENIGMÁTICO REENCUENTRO...
Hace un par de años, Graciela una madre desconsolada me ruega ayudar su caso con la siguiente historia:
- Don Alejandro Muñoz le ruego ayudarme a encontrar a mi hija Sandra Milena, hace 26 años cuando ella tenia 18 años, era una joven muy bella y trabajaba de recepcionista en una oficina de abogados en el centro de Bogotá. Un día socorrió a un vagabundo que merodeaba el lugar y dormía algunas veces en la puerta de entrada a las oficinas. Ella le daba comida, le daba cobijas, ropa e incluso un día lo peluquió y le compró zapatos.
Lo cierto de todo esto, don Alejandro, es que un año después el joven ya trabajaba con los abogados como mensajero y dos años mas tarde, ella se fue a vivir con él, en medio de nuestra rabia y el descontento de sus hermanos y familiares.
Tres años después, Sandra Milena y el compañero habían desaparecido y nos dimos a la tarea de buscarlos, con tamaña sorpresa que los encontramos viviendo en un barrio de invasión a orillas de un río en el sector de Bosa, en una casucha hecha de latas y cartones donde tenían un bebé y Sandra Milena estaba esperando el segundo.
Después de una fuerte discusión, Sandra Milena y su compañero desaparecieron del lugar y nunca mas pudimos volver a saber de ellos, por lo que le pedimos de corazón que nos ayude, con la promesa que solo queremos ubicarlos para saber cómo están y poderlos ayudar, si necesitan algo.
Acabo de ubicar a Sandra Milena y su esposo Juan Carlos, padres de tres hijos, residentes en Ottawa, Canadá; donde Juan Carlos se especializó en derecho administrativo y Sandra Milena es Real Estate.
Tanto Juan Carlos como Sandra Milena se encuentran felices de saber que familiares de ella han aparecido en otra tónica y gustosos harán una visita a Colombia en algunos meses para celebrar el reencuentro.
Por ahora todo lo que puedo contar, es que Juan Carlos es hijo extramatrimonial de un prestante industrial colombiano, quien lo ubicó en Villavicencio a donde emigraron luego de la discusión en Bosa con la familia de Sandra Milena y allí en el Barrio El Jordan en Villavicencio, Juan Carlos y Sandra Milena, intentaban iniciar un pequeño restaurante de comidas rápidas.
El padre de Juan Carlos al verlo fuera del vicio de las dr**as y la calle, decidió ayudarlos y los apoyó para que llegaran a Canadá y pudieran proyectar sus vidas y después de visitarlos dos veces, se aseguró antes de morir, para que pudieran tener un futuro estable...
Historias como la de Sandra Milena y Juan Carlos en 25 años que llevo en mi labor de buscar familiares desaparecidos, es la primera que encuentro y realmente la estoy viviendo como un verdadero "Cuento de Hadas" espero de corazón que la magia no se rompa y después del abrazo con su familia, Sandra Milena y todos sean realmente felices.
Alejandro Muñoz Garzón

03/26/2025

Gracias a los colegas de INFOBAE por resaltar la tarea de búsqueda de la Fundación Internacional Para El Reencuentro FIPER:

En diálogo con Infobae Colombia, el director de la Fundación Internacional para el Reencuentro afirmó que el Estado solo ayuda a que las cifras de esta problemática aumenten