07/23/2025
El endurecimiento del corazón del faraon es atribuido a Dios nueve veces en Éxodo (4:21,7:3,9:12,10:1,20,27:11,10:14,8, Romanos 9:17,18). Otras nueve veces se dice que fue el gobernante egipcio mismo quien endureció su propio corazón (Éxodo 7:13,14, 22,88:15,19,32,9:7,34,35). Entonces,¿quien endureció el corazón del rey: Dios o el propio faraon?
Es significativo que, en la historia de las diez plagas del Éxodo, el faraon fue el único responsable del endurecimiento de su corazón en cada una de las primeras cinco. Por lo tanto, él inició el endurecimiento de su propio corazón. Sin embargo, a partir de la sexta plaga el texto bíblico afirma que fue Dios quien endureció el corazón del faraón (Éxodo 9:12). Esto significa que Dios fortaleció o profundizó la propia decisión del faraón y su actuación voluntaria, como lo había anunciado a Moisés (Éxodo 4:21)
En otras palabras Dios envió plagas para ayudar al faraón a arrepentirse y liberarlo de su confusión mental y sus errores. Dios no aumentó la maldad en el corazón del faraón, sino que simplemente lo dejó en libertad de ceder a sus propios impulsos malignos. Ya sin la gracia restrictiva de Dios, el gobernante egipcio quedó a merced de su propia maldad ver (Romanos 1 :24 al 32). El faraón tenía libre albedrío. Podría aceptar a Dios o rechazarlo, y decidió rechazarlo.
Las lecciones que se desprenden de esto son obvias. Se nos ha dado la capacidad de elegir entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal, entre la obediencia y la desobediencia, desde lucifer en el cielo y hasta nosotros hoy, pasando por Adán y Eva en El Edén y El faraón en Egipto, solo hay dos elecciones posibles: la vida o la muerte (Deuteronomio 30:19).
De acuerdo con una conocida analogía, el mismo sol que derrite la mantequilla endurece la arcilla. El calor del sol es el mismo en ambos casos, pero hay dos reacciones diferentes y dos resultados distintos en respuesta a él. El efecto depende del material. En el caso del faraón, su respuesta dependía de las actitudes de su corazón hacia Dios y su pueblo.