24/08/2025
A veces, el corazón se siente como un conjunto de piedras, pesado, endurecido por el tiempo y las experiencias. Pero incluso en su estado más rígido, puede dejar un espacio, una apertura. Y es a través de esa grieta, de ese hueco, que se filtra la luz. No es un brillo cualquiera, sino el cálido y sereno resplandor del atardecer sobre el mar.
Esta imagen nos enseña que el corazón no necesita ser perfecto ni liso para ser un recipiente de belleza. Nos muestra que la vulnerabilidad—ese hueco—no es una debilidad, sino una oportunidad para conectar con la inmensidad del mundo. La solidez de las rocas se encuentra con la fluidez del agua y la luz del cielo, creando un momento de equilibrio perfecto.
Es una reflexión sobre cómo, incluso después de las tormentas de la vida que nos han dejado como piedras, podemos elegir mirar hacia el horizonte. Podemos permitir que la luz entre y se convierta en la fuerza que nos recuerda que la esperanza, la paz y el amor siempre están del otro lado, esperando a ser vistos a través de la ventana de nuestro propio corazón.
— Cuando mi musa se encontró con la IA.
Tarot Calypso by Tere Miró