18/11/2025
¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos cuando cometemos un error?
🧠 Desde una perspectiva neuropsicológica, la autocrítica intensa no surge por “falta de fortaleza”, sino por la forma en que el cerebro prioriza la detección de amenazas.
El sesgo de negatividad, ampliamente descrito en neurociencias, explica que nuestro sistema nervioso procesa con mayor peso los estímulos negativos (incluidas fallas personales) porque evolutivamente representaban riesgos que debían corregirse de inmediato. ⚠️
Para una persona perfeccionista, este mecanismo se amplifica: el error activa áreas del sistema de amenaza (como la amígdala), generando hiperalerta, vergüenza y una sensación de “deuda interna” que eclipsa los logros previos.
Con el tiempo, la mente aprende a vincular el rendimiento con el valor personal.
Cuando algo no sale “como debería”, el diálogo interno se vuelve punitivo, no porque sea justo, sino porque fue aprendido como una estrategia para evitar fallar de nuevo.
Sin embargo, este patrón exige costos altos:
• Desgaste emocional
• Ansiedad
• Rumiación
• Y una desconexión progresiva de lo que sí hacemos bien.
La autocrítica deja de ser correctiva y se convierte en un ciclo de autoexigencia que el cuerpo interpreta como una amenaza constante.
Reconocer este mecanismo es el primer paso para regularlo. 💜
Si sientes que tu perfeccionismo te está llevando a minimizar tus capacidades, ignorar tus avances o castigarte por cada error, buscar acompañamiento psicológico puede ayudarte a reconstruir un diálogo interno más equilibrado, basado en evidencia y no en miedo.
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