16/10/2025
Cuando intentas controlar la ansiedad insultandola, empujandola o tratando de apagarla, es como si estuvieras luchando contra sombras en la noche.
O sea, termina agotándote.
Pero… cuando la observás con apertura, la mirás sin juzgar, sin pelear y sin intentar borrarla, algo diferente sucede.
✔️ Los pensamientos empiezan a perder fuerza. Porque al observar, estás dejando de alimentar el conflicto interno.
✔️ Dejas de resistir lo que sientes y permites que sea como es, aunque incomode. Eso te convierte en espectador, no en víctima.
✔️ Tu mente empieza a distinguir: esos pensamientos no te definen, no eres tu enemigo. Solo son eventos mentales que van y vienen.
✔️ Te abres a recibir lo que aparece sin reaccionar de inmediato, lo que da espacio para elegir cómo quieres responder.
La ansiedad sigue ahí, pero de esta manera puedes cambiar tu relación con ella.
Y esa es una de las llaves más poderosas para sanar, calmar y recuperar tu equilibrio emocional.