21/12/2018
Hoy solsticio de invierno! Yule.
Tras la noche más larga, nuestro Sol renace para traernos un año de nuevos propósitos.
Y que mejor para celebrar su nacimiento que un ritual haciendo balance de todo lo que hemos vivido este año.
Para ello vamos a hacernos un altar con una imagen o dibujo del Sol, y velas de color rojo, amarillo, plata y violeta. También colocaremos en el altar piñas, al menos una por cada persona que participe. Podemos quemar un poco de pino, salvia, cedro, acebo y muérdago.
Tendremos a mano también un lazo rojo.
Para comenzar haremos una meditación frente al altar con las velas encendidas. Sentiremos la conexión con la Madre Tierra y el Universo y entonces daremos gracias por todas los propósitos cumplidos durante este año que acaba. Haremos una visualización de los propósitos que nos han quedado por cumplir y cuáles han sido los obstáculos o limitaciones que nos hemos encontrado. Escribiremos en un papel todo esto y lo quemaremos con la vela violeta visualizando que todas esas limitaciones desaparecen a medida que arde el papel.
Cantaremos al fuego que nos ayuda a quemar todo lo que no nos sirve y así vamos cambiando nuestra sensación con la medicina del canto.
Lo siguiente que haremos será escribir de manera consciente nuestros propósitos para el año que comienza, teniendo en cuenta la energía y todo lo que tengamos que hacer para conseguir nuestros deseos.
Pondremos en papel en el pecho, sujeto con la mano izquierda e imaginarnos que esos propósitos ya están cumplidos.
Entonces, cogemos la piña, el lazo rojo y el papel y anudamos con 3 nudos estando en plena conexión con lo que estamos haciendo.
Volvemos a colocar la piña en el altar y cantamos al Sol, para que nos ilumine en este nuevo año.
Agradecemos a todos los seres que nos ayudan, al aprendizaje, a la energía y finalizados el ritual.
Mantenemos la piña con los deseos hasta el año que viene que aprovecharemos para quemar o devolver a la tierra.
¡Feliz Yule!