23/12/2025
Paciente que acudió a su centro de salud por angina de esfuerzo progresiva de 3 días de evolución, presentando datos electrocardiográficos de isquemia septal y lateral, trasladándose a Urgencias del hospital de referencia. La exploración física resultó normal. El ecocardiograma no evidenció alteraciones valvulares ni de la contractilidad cardíaca y la fracción de eyección estaba conservada. En la analítica destacaba un filtrado glomerular de 64ml/min, sin proteinuria ni alteraciones del sedimento urinario, una velocidad de sedimentación globular de 50mm, una proteína C reactiva de 10,6mg/dl y la seriación de troponinas tenía un valor máximo de 2,7ng/ml.
El cateterismo cardíaco reveló una lesión severa de la arteria circunfleja distal, realizándose una revascularización coronaria percutánea, con colocación de stent farmacoactivo.
Su ingreso en Cardiología siguió una evolución favorable. Previamente al alta hospitalaria, el paciente quiso conocer la causa que había impedido realizar el cateterismo por la arteria radial, y por qué resultaba difícil la toma tensional en ambos brazos. Dicha observación motivó una exploración más exhaustiva, objetivándose diferencias tensionales importantes entre extremidades, con cifras normales en los brazos y elevadas en las piernas.
Se realizó ecografía doppler de arterias subclavias y troncos supraaórticos y angiotomografía computarizada de tórax y abdomen, evidenciando oclusión de ambas arterias subclavias, distalmente al origen de las arterias vertebrales, y estenosis del 80% de la arteria renal izquierda, a 8mm de su origen
La revascularización miocárdica quirúrgica fue iniciada en el año 1967 con los estudios de Favaloro y Green. Con el paso de los años, los resultados globales de la cirugía coronaria han permanecido estables, a pesar de que en la actualidad el perfil de los pacientes ha empeorado de forma llamativa. El aumento de la edad media y de las comorbilidades se ve reflejado en la supervivencia de la cirugía coronaria a los 5, 10, 15 y 20 años, situándose en torno al 92, 80, 65 y 40%, respectivamente1, con el 60% de los pacientes sin angina transcurridos 10 años desde la intervención.
En el último registro de intervenciones publicado por la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Cardiovascular (2006-2008)2 se realizaron más de 5.000 procedimientos de cirugía coronaria aislada con una mortalidad del 4% con circulación extracorpórea (CEC) y del 3,9% sin CEC. Sin embargo, si bien el año 2000 la cirugía coronaria era el procedimiento quirúrgico más frecuente (49%), en la actualidad sólo supone el 28,5%, siendo la cirugía valvular el 40,6% de las intervenciones. La cirugía de las complicaciones del infarto agudo de miocardio (IAM) ha supuesto el 0,9% de las intervenciones totales, con una mortalidad del 3,4% desde 2008.
En nuestro centro, la mortalidad global de la cirugía coronaria aislada es del 1,8%, realizándose alrededor de 100 intervenciones anuales.
Este tipo de cirugía fue inicialmente concebida para el tratamiento de la angina estable, y posteriormente ensayada en el contexto del infarto de miocardio en fase aguda. El tratamiento quirúrgico de las complicaciones mecánicas del IAM sí sigue estando vigente en la actualidad, si bien afortunadamente la incidencia de éstas ha disminuido considerablemente tras el advenimiento de los tratamientos fibrinolíticos y de la angioplastia primaria.
Fuente del texto:
Biblioteca Médica Elsevier
Fuente de la image:
MSP
Dr. Omar G. Guillermo Henríquez
Divulgación científica